En esta etapa, se determinan los objetivos del proyecto, se realizan estudios de factibilidad, se obtienen los permisos necesarios y se elabora un plan detallado que incluya los diseños arquitectónicos y estructurales.
Diseño: Se crean los planos y diseños arquitectónicos que servirán de guía durante la construcción. Se consideran aspectos como la distribución del espacio, los sistemas eléctricos y de plomería, y los materiales a utilizar.
Preparación del sitio: Se realiza la limpieza y nivelación del terreno, se establecen los límites de la construcción y se instalan las infraestructuras necesarias, como conexiones de agua, electricidad y alcantarillado.
Cimientos y estructuras: Se construyen los cimientos, que son la base sólida sobre la cual se apoyará el edificio. Luego se procede a erigir la estructura, ya sea de acero, hormigón armado u otros materiales, siguiendo los planos y diseños previamente elaborados.
Trabajos de albañilería: Se lleva a cabo la construcción de muros, divisiones internas, tabiques, escaleras y cualquier otra característica arquitectónica requerida en el proyecto.
Instalaciones: Se realizan las instalaciones eléctricas, de plomería, calefacción, ventilación y aire acondicionado, así como sistemas de seguridad y comunicaciones. Estos trabajos se realizan siguiendo las normas y regulaciones correspondientes.
Acabados: Se llevan a cabo los trabajos de acabado, como la instalación de pisos, revestimientos de paredes, pintura, instalación de puertas y ventanas, entre otros.
Inspecciones y pruebas: Se realizan inspecciones y pruebas para verificar que la construcción cumple con los estándares de calidad y seguridad establecidos. Esto incluye inspecciones estructurales, pruebas de funcionamiento de sistemas y cumplimiento de regulaciones locales.
Entrega y ocupación: Una vez que se completa la construcción y se obtienen los permisos finales, el edificio se entrega al propietario. Este puede ocupar la obra nueva o ponerla en uso según su propósito previsto.